El pasado sábado, a primera hora, mi amigo Jesús Menéndez, llegó al cabo de Ajo para hacer el censo de la RAM (Red de observación de Aves y Mamíferos marinos), montó el telescopio y al enfocarlo no dio crédito al espectáculo que estaba viendo, decenas de calderones mezclados con decenas de delfines.Tardó más de una hora en hacer un barrido de medio horizonte y pudo contar 489 calderones comunes, 100 delfines comunes, 150 delfines mulares, 2 calderones grises y un rorcual.Todos alimentándose a unas millas frente al cabo de Ajo. Siempre que se hace un muestreo desde la costa, lo que se ve suele ser una pequeña parte de lo que hay.
A la misma hora llegaban noticias de Jon Hidalgo desde Cabo Machichaco, alli se veían unos 200 calderones. (Estos datos podemos considerarlos como un indicador de la buena salud que goza el Mar Cantábrico).
Después se sumó más gente al espectáculo, entre ellos Antonio Lastra Blanco, quien se ofreció a llevarnos al día siguiente a esa misma zona en barco.
El domingo zarpamos desde Santander rumbo Este. Cuando llegamos frente a Ajo nos adentramos unas millas mar adentro y solo pudimos ver a dos familias de calderones que se mostraron muy esquivas y que actuaron de la misma manera, nada más acercarnos se sumergieron y desaparecieron de nuestra vista. Les pude hacer alguna foto, aunque las condiciones de la mar y lo rápidos que fueron en desaparecer, lo hicieron un poco complicado.
El Calderón común (Globicephala melas) o calderón de aleta larga, es un cetáceo odontoceto (ballena con dientes). Son animales gregarios y sociables que suelen formar grupos familiares de diez a cincuenta
individuos, sin embargo también se han observado agregaciones de
cientos de ellos. A los calderones se les conoce como ballenas piloto. En el cantábrico, llegan en primavera para criar en aguas profundas y en el verano se acercan con sus crias a aguas costeras.
En esta fotografía se puede ver el litoral de Cantabria y al fondo a la derecha los Picos de Europa nevados. Navegar entre ballenas en estas aguas se convierte en una experiencia única.
Casi totalmente negro, salvo unas manchas blancas en el vientre, su
cabeza tiene forma globosa, de ahí su nombre científico Globicephala
(cabeza de globo). La aleta dorsal adopta formas muy características,
ganchudas y acostadas sobre el dorso. Las aletas pectorales son largas y estrechas, situadas próximas a la cabeza. Los machos superan los cinco
metros (a veces, seis o siete metros) y pesan más de tres toneladas, las
hembras apenas rebasan los cuatro metros y las dos o dos toneladas y
media. Tienen una sola cría de color marrón grisácea cada tres o cuatro años, que mide casi dos metros al nacer y
pesa cerca de ochenta kilos. La lactancia puede durar entre tres y cuatro años. Su dieta se basa en cefalópodos (Calamares
y sepias) y peces de pequeño y mediano tamaño.
Los calderones son conocidos por sus varamientos masivos, siendo unos de los cetáceos que los hacen con mayor frecuencia. Este calderón llegó ya cadáver a una cala de Castro-Urdiales, llevaba muerto días y ya había perdido la coloración negra, pero se puede apreciar su porte y morfología. Esta fotografía es de mayo de 1992, han pasado 22 años y un servidor tiene menos pelo y algún kilo más. Jejeje.¡Como pasa el tiempo!!!
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