Gaviota de Sabine (Xema sabini)


A los ornitólogos que consideran la Sabine como la gaviota más bonita que podemos ver en nuestros mares, no les falta razón, puesto que es un ave espectacular, tanto por la coloración tricolor de sus alas, la cabeza gris pizarra con un delgado collar negro que resalta con el blanco del cuello (en plumaje nupcial), el pico negro con la punta amarilla y por su cola ligeramente ahorquillada. Gracias a la forma tan peculiar de su cola, se le conoce también por el nombre de Gaviota de cola hendida, siendo la única gaviota de las que podemos observar en Europa con la cola en forma de V.


Propia del Ártico, cría en el norte de Alaska, Canadá, Groenlandia y Siberia. Al finalizar la etapa reproductora, migra hacia el sur para invernar frente a las costas occidentales de África y América del Sur. Durante el otoño aparece en el oeste de Europa, principalmente en las islas Británicas, así como en Islandia, islas Feroe, mar Báltico y las costas de Europa occidental. 


En el Cantábrico se la suele ver en paso otoñal, casi siempre en alta mar, puesto que es un ave muy pelágica. Los avistamientos desde tierra suelen estar relacionados con grandes temporales. 


Las fotografías que muestro las tomé a 20 millas al norte de Gijón en Asturias, a finales de Septiembre, en compañía de mis amigos Jesús Menéndez (Demencia ornitológica) y David Álvarez (Naturaleza cantábrica).


Delfín común (Delphinus delphis)


El Delfín común se puede distinguir fácilmente del resto de delfines por su coloración, su patrón de color es inconfundible; la capa dorsal es de color gris oscuro y su vientre es blanco. Sus flancos están divididos en dos regiones con forma de reloj de arena, la delantera que es de un color amarillento cremoso, y la trasera que es de color gris. Muestra un triángulo en forma de V en los flancos, bajo la aleta dorsal.


Su aleta dorsal es proporcionada y curvada. Los machos son un poco más grandes que las hembras, la longitud media de la especie es de 2 m. para los machos y 1,69 m. para las hembras, pero se han llegado a medir machos con 2,6 m. El peso de un adulto es de 80 kg, pudiendo alcanzar un máximo de 140 kg.






Son animales gregarios, forman grandes manadas para sus desplazamientos, a veces de varios miles, pero cuando encuentran una zona de caza se dispersan en subgrupos pequeños.






El comportamiento de los delfines hacia los humanos suele ser de curiosidad y cuando notan la presencia de un barco se acercan a navegar en las olas que se forman en la proa y en las turbulencias que provocan los motores en popa.



El Delfín común se encuentra ampliamente distribuido en los océanos Atlántico, Indico y Pacífico. También en el mar Mediterráneo, donde fue muy abundante hasta la década de los 60, disminuyendo su número drásticamente, hasta la casi desaparición en la época actual. En "casa", en el Cantábrico, se puede ver a esta especie todos los meses del año, siendo un buen bioindicador de que nuestro mar goza de una salud aceptable.

Pardela cenicienta (Calonectris diomedea)


La Pardela cenicienta de más de un metro de envergadura, es una viajera consumada e infatigable, puede recorrer en un año más de 40.000 kilómetros entre sus áreas de cría en el hemisferio norte hasta las de invernada en el sur. Esta ave pelágica se encuentra presente en los océanos Atlántico y Pacífico, así como en el mar Mediterráneo. En España cría en Canarias, en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, Baleares, Chafarinas, Columbretes y en algunos islotes de Murcia y Almería.
Aparece en innumerables relatos de marinería. En vuelo, en la mar, es casi siempre silenciosa, pero en tierra emite lúgubres y sobrecogedores sonidos nasales y lastimeros, que hicieron que marineros y piratas, pensaran que en aquellos inhóspitos islotes donde anidaban las pardelas, habitaban las almas de los ahogados.


Hay dos subespecies de cenicientas, la diomedea borealis o atlántica y diomedea diomedea o mediterránea. Después de la época de cría, los individuos de la subespecie borealis migran desde las islas de la Macaronesia (Azores, Canarias, Madeira, Cabo Verde e Islas Salvajes) y Galicia hacia las costas del Atlántico oeste, primero al litoral sudamericano, para luego remontar hacia el hemisferio norte. De igual forma, la subespecie diomedea abandona el Mediterraneo tras el periodo reproductor, a través del estrecho de Gibraltar, para desplazarse hasta las costas sudafricanas.


Entre las amenazas con las que tiene que lidiar esta especie, destacan la captura accidental en artes de pesca, sobre todo el palangre, en cuyos anzuelos mueren enganchadas anualmente miles de aves; la sobrepesca, que pone en peligro sus recursos alimenticios; la contaminación de los mares; la instalación de centrales eólicas; la proliferación de gatos, ratas y visones americanos introducidos por el hombre en sus lugares de cría, que depredan huevos, pollos y adultos; la captura de pollos para uso gastronómico, el denominado "pardeleo", actividad terminantemente prohibida que aún se practica en Canarias; la degradación de las zonas de cría y en particular la contaminación lumínica, que desorienta a los pollos cuando abandonan el nido.


La Pardela cenicienta aparece en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como “De interés especial”. La subespecie diomedea se incluye en el Libro Rojo de las aves de España como “En peligro”, mientras que la subespecie borealis figura como “Vulnerable”.