A los ornitólogos que consideran la Sabine como la gaviota más bonita que podemos ver en nuestros mares, no les falta razón, puesto que es un ave espectacular, tanto por la coloración tricolor de sus alas, la cabeza gris pizarra con un delgado collar negro que resalta con el blanco del cuello (en plumaje nupcial), el pico negro con la punta amarilla y por su cola ligeramente ahorquillada. Gracias a la forma tan peculiar de su cola, se le conoce también por el nombre de Gaviota de cola hendida, siendo la única gaviota de las que podemos observar en Europa con la cola en forma de V.
Propia del Ártico, cría en el norte de Alaska, Canadá, Groenlandia y Siberia. Al finalizar la etapa reproductora, migra hacia el sur para invernar frente a las costas occidentales de África y América del Sur. Durante el otoño aparece en el oeste de Europa, principalmente en las islas Británicas, así como en Islandia, islas Feroe, mar Báltico y las costas de Europa occidental.
En el Cantábrico se la suele ver en paso otoñal, casi siempre en alta mar, puesto que es un ave muy pelágica. Los avistamientos desde tierra suelen estar relacionados con grandes temporales.
Las fotografías que muestro las tomé a 20 millas al norte de Gijón en Asturias, a finales de Septiembre, en compañía de mis amigos Jesús Menéndez (Demencia ornitológica) y David Álvarez (Naturaleza cantábrica).